Ya os he comentado de ahora estoy haciendo estas recetas bajas en hidratos de carbono para una amiga, y la verdad es que cuesta conseguir cosas jugosillas con las especificaciones que hay que seguir, pero este bizcocho sí que lo es, y mucho... La verdad es que se conserva bastante bien en la nevera, envuelto con papel de aluminio por lo que no hay que comérselo en un día, aparte de que no podríais porque es potente y te pide, a lo sumo, un par de trocillos. Yo os pondré las cantidades de edulcorante que usé, pero la próxima vez que lo haga, creo que las voy a reducir un poco para que se note más el sabor ácido del limón. Id probando porque la cantidad de edulcorante no va a afectar al resultado final de la receta. Lo primero y muy importante, es que debéis tener los ingredientes a temperatura ambiente, más que nada porque si no la mezcla se os va a cortar. Tampoco pasa nada, porque el bizcocho va a salir, pero como dice mi madre, las cosas bien hechas, bien parecen.

Vaya por delante que esta receta es adaptación de una que me pasaron y que no me convenció en absoluto porque quedaba más duro que una piedra, aún así, creo que volveré a darle otra vuelta. El problema es que si sueles hacer pan con gluten, te resulta extraña la consistencia ya que no puedes amasar y , a veces, no sabes muy bien cómo actuar con este tipo de masas. Mi prueba primera de sabor estaba bueno, pero era tan seco, que al segundo mordisco a no podías seguir comiendo, te daba hasta hipo... jajajajajaja Vamos allá con mi adaptación. Ingredientes: - 250 gr de harina de almendra - 100 gr de harina de coco - 120 ml de agua templada - 4 huevos - 10 gr de levadura fresca de panadería - 5 gr de sal - 15 gr de Psilio - 80 gr de mantequilla a temperatura ambiente - 1 yogur griego sin azúcar Elaboración: * En un recipiente, ponemos el agua templada y lo mezclamos con 30 gr de harina de coco * Mezclamos en un cuenco los ingredientes secos. Acordaos