Rosca Gallega de Pascua



Un dulce que forma parte de mis recuerdos de esos que se quedan grabados a fuego en el corazón y te acompañarán para siempre, de los mejores.

Somos un país de tradiciones, y al ser tan variopintos, tenemos millones de ellas, casi una para cada día del año. En Galicia es típico que los padrinos regalen a sus ahijados una rosca por Pascua, concretamente el domingo de pascua, un símbolo que quiere estrechar el lazo que tienen con ellos desde que lo recibieron en la pila bautismal. En otras regiones se regalan otras cosas...

Llevo mucho tiempo dando vueltas a la receta, y debido a este confinamiento la he puesto en práctica y aquí os la traigo.

Hay mucha literatura acerca del origen de la rosca, pero las dos historias que he visto que más prevalecen son estas dos:

Al parecer, la Rosca de Pascua nació en Italia, más precisamente en Bolonia, con el fin de complementar al ya tradicional huevo de pascua. Los reposteros italianos retomaron estas tradiciones antiguas nunca perdidas del todo para “competir” con la también antigua tradición del huevo.
Con el tiempo cada país fue creando su propio pan de pascua, agregando ingredientes, cambiando cubiertas, y así llegan a nuestros días propuestas de roscas rellenas con distintas variedades de cremas, roscas almendradas, roscas de chocolate o con frutas. Mona de Pascuas (España), Kulich (Rusia), Ostertorte (Alemania), Colomba (Italia), Pan de Pascua (Chile), Roscón Pascual (México) o nuestra Rosca de Pascuas tradicional, cubierta con crema pastelera, fruta confitada y azúcar granulada son algunos ejemplos que se unifican en una misma tradición.
Otra historia de la Rosca de Pascua, se remonta al año 476, cuando un rey bárbaro había sitiado la ciudad de Pavia, en Italia. En ese lugar, un humilde pastelero preparó un postre con forma de paloma para la Pascua, símbolo de paz y amor y se lo regaló al monarca.
Tan conmovido quedó el rey, que en prueba de amistad levantó el sitio de la ciudad y liberó a la población. Con el correr del tiempo, fue cambiando la forma del postre, hasta llegar a la rosca tan conocida, que representa con un anillo el amor y la amistad que unen los pueblos.
Distintas decoraciones, variadas formas, pero el símbolo es siempre el mismo: representar la unidad familiar y el concepto de continuidad, de volver a comenzar cada año y del renacer eterno 

Yo recibía mi Rosca de Pascua todos los años, una de tamaño descomunal, ya sabemos que los gallegos a la hora de agasajar lo dan todo, y mis padrinos no se quedaban atrás.
Y aunque no soy dada a contar mi vida, y dado que igual algunos sabéis que soy madrileña, tengo sangre 100% gallega y muy orgullosa de que sea así, digamos que la carcasa es de aquí desde donde estoy escribiendo, pero mi corazón es de allí, de aquel mar, de aquellos montes, de aquellas brumas, de aquella gente que te saluda sin conocerte, de esa gente que cuesta pero la misma que una vez que te ha aceptado lo da todo por ti, porque así son los gallegos, difíciles pero entrañables. Precisamente hoy tendría que haber estado allí curando mi morriña, pero el resto ya lo sabéis... CUARENTENA.
He hecho un ejercicio de memoria y la quiero presentar de la manera en que a mí me la regalaban, no era en forma de trenza o periquito (estas se encuentran durante todo el año en las pastelerías) era en forma de roscón sin trenzar, y adornada con azúcar, con nada mas. Y no os aburro, os dejo la receta.

Ingredientes:
- 3 huevos
- 100 gr de azúcar
- 40 gr de manteca de vaca *
- Ralladura de la piel de un limón (sin la parte blanca)
- Ralladura de la piel de una naranja (sin la parte blanca)
- 5 gotas de esencia de naranja
- 5 gotas de esencia de limón
- 10 gr de esencia de anís (o podéis usar licor de anís)
- 13 gr. de levadura fresca de panadería (o 4 gr de levadura seca)
- 100 gr de leche tibia
- 440 gr de harina de fuerza
- 5 gr de sal
- 1 huevo para pincelar
- Azúcar humedecido
* NOTA: El asterisco que puse al lado de la manteca de vaca tiene un por qué. Yo no he encontrado manteca de vaca en ninguno de los supermercados que frecuento, ya en Galicia es un poco difícil de encontrar, pero creo que en Gadis si la tienen, y seguro que en más sitios. Se podría usar mantequilla, pero lógicamente el sabor ya no va a ser el mismo que usando la manteca. Sería preferible usar mantequilla clarificada, hay muchas recetas de cómo hacerla en internet. Yo tenía Ghee y es lo que he usado.



Elaboración:
* Lo primero que vamos a hacer es elaborar un prefermento, para esto usaremos los 100 gr de leche tibia (Ojo!! son gramos, no mililitros). En la leche, echaremos la levadura desmenuzada y removemos bien para que se disuelva. A continuación añadiremos 100 gr de harina de fuerza, integramos bien y dejamos reposar hasta que doble su volúmen. Al rato empieza a levar, en una horita o poco menos ya lo tenemos listo.



* Batimos los huevos, junto con las esencias (limón, naranja y anís)
* Añadimos el prefermento y batimos bien
* Incorporamos el azúcar, la sal y las ralladuras de limón y naranja
* Tamizaremos la harina restante (340 gr) y la vamos añadiendo poco a poco a lo anterior con movimientos envolventes hasta que todo quede bien integrado
* Pasamos a la encimera y vamos amasando, dejando reposos entre medias. Los reposos le vienen muy bien a las masas, obran auténticas maravillas. La idea es que con estos amasados, se desarrolle la malla de gluten. Si sabéis hacer amasado francés es el idóneo. ¿Ya está desarrollado el gluten?. Pues seguimos.
* Lo último que vamos a añadir es la manteca de vaca, ghee o mantequilla. Id haciéndolo a pocos, y vais amasando con amasado francés. Hay que conseguir una masa lisa.
* Ahora engrasamos un recipiente grande con aceite y colocamos la masa dentro. Hay que dejarla levar, no os desesperéis es un proceso largo. En mi caso fueron 4 horas. Debéis taparla y dejarla en un lugar cálido y sin corrientes. Yo soy de tapar con paño de algodón, está vez puse debajo un papel film engrasado con aceite, el tiempo de levado es largo y se puede secar la masa por encima. Dejarlo sin ofrecer presión sobre la masa, acordaros de que tiene que levar.






*  Una vez levada, desgasificamos con cuidado, y le damos la forma de rosca o roscón, haciendo un agujero en el medio. Estirarla bien porque va a volver a crecer y se os puede cerrar el agujero central, hay quien pone un bote en el medio, pero a mi particularmente, no me gusta la forma que adquiere después, prefiero dejarla bien estirada y que crezca con la forma que tenga que crecer, la imperfección en los postres caseros me encanta, por eso no me preocupa demasiado si queda un poco más gorda de un lado y más estrecha del otro, aunque intente que quede más o menos, pero la masa va a su bola.

* Debéis colocarla en la bandeja en que la vayáis a llevar al horno y colocad debajo o papel de horno o un silpat, así evitaréis que se pegue.



* Volvemos a dejar levar tapada con un paño de algodón o papel film. Os tocará esperar de nuevo entre tres y cuatro horas para que vuelva a doblar el volumen, paciencia.


* Una vez levada, encendemos el horno a 180ºC con calor superior e inferior. Batimos un huevo, mojamos azúcar con unas gotas de agua (o esencia a vuestro gusto si preferís) para que quede apelmazada y damos el toque final.




* Pincelamos la rosca con el huevo batido, con cuidado, no apretéis, con suavidad, colocamos azúcar humedecida a voluntad, por la superficie e introducimos en el horno.


* En unos veinte minutos tendremos la rosca lista. No dejéis de vigilar porque cada horno es un mundo.









Por cierto! Está hecha con harina de fuerza de Mercadona. Es la que tenía.

Podrá recordar al roscón pero hay algo que la hace única y es ese saborcillo ligero a anís que tiene.
Y ya materialicé mis recuerdos de infancia...

Si la tapáis con papel de aluminio y encima un paño de algodón se conserva varios días sin problema.

ESPERO QUE OS GUSTE!!!



Comentarios

Entradas populares de este blog

Galletas de nata

Costillas Barbacoa en Airfryer

Apple Pie