Torreznos de Soria
Los torreznos te pueden encantar o no gustar, bueno, yo no conozco a nadie a quien no le gusten, al menos de momento, pero es una de esas cosas en las que no existe el término medio. Unos torreznicos de Soria con una cerveza bien fría son el sumun del placer, recuerdan tanto a terrazas de verano como a barras de bar en invierno.
Esta entrada se la dedico a Álvaro, un buen amigo de mi hijo el pequeño, porque siempre estamos hablando de unos torreznos con una cervecita, y los tomaremos en un bareto, en cuanto las circunstancias sean propicias... ¡Prometido!
Su historia está vinculada a la época de la matanza del cerdo, que se hacía en muchos pueblos de España, y se preparaban diferentes elaboraciones para que durasen en la despensa el mayor tiempo posible y así poder disponer de ellas durante todo el año.
El torrezno es la panceta del cerdo, en un principio se freían en grandes ollas llenas de manteca para preservarlos, ya que en Soria había mucho ganado lanar y muchas personas se dedicaban al pastoreo, era parte esencial de la alimentación de los pastores.
Así en el año 2009 a través de un proyecto denominado "Saborea Soria", tanto la Asociación de Fabricantes de Torrezno de Soria como la Cámara de Comercio de la ciudad, decidieron retomar una iniciativa para proteger este producto. En el año 2013, concretamente el 31 de junio consiguen pegar su primera etiqueta de Marca de Garantía.
Es fácil encontrarlos en los supermercados, pero busca siempre el auténtico torrezno de Soria. Su elaboración tiene un ritual para que queden perfectos, yo os aseguro que en alguna ocasión me salté alguno de los pasos, por aquello de abreviar, y no quedan igual, así que ahora si no tengo tiempo o ganas de hacerlos, los dejo para otro momento, que dejan la cocina bien pringadita.
Algunas veces los frío enteros y, otras, los corto en dos o en tres, así ya los llevas para comer de un bocado.
1/ Deben freírse en freidora o un cazo con abundante aceite caliente de 3 a 5 minutos, procurando que quede la piel hacia abajo.
2/ Se fríen en una sartén en la que no hace falta poner aceite, durante otros 3 o 5 minutos. Les vais dando la vuelta cada poco tiempo.3/ O bien se introducen en el horno a 200ºC durante cinco minutos, o se acaban de hacer en barbacoa si la tenéis encendida por una casualidad.
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