Mermelada de brevas o higos

 


A estas altura de la película seguro que todos sabemos ya que las higueras dan dos frutos al año uno en el mes de junio y otro entre finales de agosto y principios de septiembre, pero no ocurre en todos lo tipos de higueras, sino en las llamadas reflorecientes o bíferas.

Yo tengo una higuera de este tipo en mi casa, las brevas ya están listas para ser recogidas, y se ven a la perfección los higos; la breva es el primer fruto que dan y el higo el segundo. Este año ha dado muchísimos frutos, el problema es que hay que andar con ojo porque les encantan a los pájaros y al mínimo descuido no recoges ni una cosa ni la otra, no es la primera vez que me pasa, en cuanto empiezan a estar listas ya no les ves el pelo. Te acercas y en cuanto te oyen salen dos mil pájaros volando, los que se estaban papando la fruta... Hay que ver!




Hay personas que cocinan muy bien y no se atreven con los dulces, la verdad es que son pura química, sólo tienes que usar las cantidades exactas de la receta y en el orden que te dicen. Esto no ocurre con las mermeladas, la verdad es que siempre las hago a ojo, ni peso la fruta ni peso el azúcar más que nada porque me resultan demasiado dulces con las recetas que sueles encontrar, así que voy probando hasta que tienen el punto de dulzor que me gusta. Y son súper fáciles de hacer, lo único que hay que cuidar es que no se queme el azúcar.

INGREDIENTES: (Os pongo pesos aproximados)

- Brevas o higos (500 gr)

- El zumo de 1/2 limón

- Azúcar blanca o de caña (yo la hice con azúcar integral de caña) - 200 gr

ELABORACIÓN:

- Lo primero es lavar bien lavada la fruta, yo la desinfecto antes porque los pajarillos las manchan y ahí lo dejo.

- Pelamos las brevas o higos y o bien vamos machacando con las mismas manos y ponemos en una cazuela o podemos triturarlos con una batidora, yo prefiero que las mermeladas queden más bastas con trozos, pero esto va a gusto de cada cual.

- Echamos el zumo de medio limón sobre la fruta.

- Añadimos el azúcar, blanca o de caña

- Ponemos a fuego medio, removiendo a menudo para evitar que se queme el azúcar y que se nos pegue en el fondo. Probamos y, si hace falta, añadimos azúcar al gusto.



- El tiempo depende de si la mermelada nos gusta más o menos cuajada, a mi particularmente, me gusta que quede más bien densa.

- Preparamos unos botes de cristal que han de estar desinfectados, bien limpios y secos. Los rellenamos hasta arriba con la mermelada caliente, cerramos bien y colocamos boca abajo para que se cree el vacío. Dejamos enfriar y guardamos en la despensa, no necesita frío salvo el bote que abramos para que se conserve bien.

Al estar echa con azúcar de caña queda más oscura.





ESPERO QUE OS GUSTE! 

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