Solomillo de cerdo con miel y mostaza


Hay momentos en los que estás desbordado y todo te supera, en ese instante tienes que ser capaz de decir basta e intentar recomponerte, pero aquí estoy después del parón altamente necesario y con las pilas bien cargadas. Los problemas siguen existiendo pero soy capaz de verlos con más calma, al menos de momento. y deseando seguir así hasta el próximo momento en que pueda poner tierra de por medio y respirar otros aires que me dan paz.

También es muy normal en mi coger carrerilla con las publicaciones y quedarme sin aire, eso no lo voy a negar. Tal vez debería intentar situarme en un término medio, pero como en realidad esto no es nada más que un hobby, nadie ni nada me obliga a una periodicidad concreta  por lo que voy totalmente a mi aire en cuanto a si tengo ganas o tiempo de sentarme un rato a escribir, eso llevo de ventaja.

Y después de la chapa vamos con la receta de lo que hoy hemos comido en casa, unos ricos solomillos de cerdo ibérico (2 de ellos, que no había más en la tienda y el tercero era solomillo de cerdo sin más), una receta la mar de sencilla y resultona, vamos allá.

INGREDIENTES:

- 2 o 3 solomillos de cerdo

- 1 cebolla

- 2 dientes de ajo

- 2 cucharadas de mostaza de Dijon (o la que tengáis por casa)

- 1 cucharada de miel

- 200 ml de caldo de carne o pollo o, en su defecto, podéis disolver una pastilla de caldo en agua y listo.

- 80 ml de cerveza o vino blanco. Yo usé cerveza.

- Sal y pimienta al gusto y aceite de oliva.


ELABORACIÓN:

* Salpimentar los solomillos al gusto

* En una cazuela con un poco de aceite sellar bien los solomillos por todos lados y reservar.

* Picamos finamente la cebolla y los dos dientes de ajo y los echamos en el aceite de sellar los solomillos a fuego medio-bajo para dorar, es interesante echar un poquito de sal para que sude la cebolla.

* Una vez tengamos la cebolla y el ajo pochados añadimos las dos cucharadas de mostaza (removemos bien para que se integre), la cerveza y el caldo. Cocinamos unos 5 minutos.

* Como la cebolla está muy cocida yo no paso la salsa, pero si no os gusta la pasáis con la batidora y volvéis a echarla a la cazuela.

* Añadimos la miel, removemos bien y añadimos los solomillos. Dejamos a fuego medio volteándolos de vez en cuando hasta que se hagan a nuestro gusto.



* A mi me gusta cocinarlos enteros y cortarlos después, de este modo quedan más jugosos, pero podéis cocinarlos ya cortados. Si, como yo, los cocináis enteros, debéis atemperarlos antes de cortarlos dejando que enfríen un poco sobre la tabla de cortar para que no se os desmenucen y después los volvéis a meter en la cazuela para que cojan bien el sabor de la salsita.



* Y los serví acompañados de unas patatas gallegas de esas que quitan el sentido y con la salsa aparte para que cada cual se sirviese a su gusto.




ESPERO QUE OS GUSTE!



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