Almendras Garrapiñadas

 


Hace unos días me regalaron un Mandorlato italiano, el equivalente a nuestro turrón de Navidad y mi hijo hizo referencia a las almendras garrapiñadas, que le gustan mucho. Me quedé con la copla y ayer me puse a hacerlas, no es una receta difícil lo único que hay que hacer es controlar la intensidad del fuego para que no lleguen a quemarse, por lo demás un poquito de paciencia y un mucho de remover.

Son conocidas en varias partes de España, por ejemplo las de Briviesca en Burgos, hechas con almendras del valle de las caderechas, en las que usan agua de manantiales cercanos, o en la provincia de Zamora, aunque las que están documentadas como más antiguas son las de Alcalá de Henares, al menos desde el siglo XVII en el libro de Juan de la Mata "Arte de Repostería". Hoy en día las Clarisas (también llamadas almendreras) del Convento de las Clarisas de San Diego en Alcalá las siguen elaborando y las tienen a la venta.

Son almendras caramelizadas con azúcar, no tienen más que tres ingredientes, vamos allá.

INGREDIENTES:

- 200 gr de almendras crudas (yo las hago con almendras peladas)

- 160 gr de azúcar

- 120 gr de agua

ELABORACIÓN:

* Tostamos ligeramente las almendras en una sartén a fuego medio y reservamos



* En la misma sartén echamos el agua y el azúcar y removemos bien. Cuando hayamos disuelto el azúcar añadimos las almendras. Subimos la intensidad del fuego y dejamos hasta que casi se haya evaporado el agua, se nota porque el almíbar va espesando y las burbujas veremos que son más grandes.



* Bajamos el fuego de nuevo hasta que el azúcar quede como arena, y ahí es no parar de remover y remover para que el azúcar se distribuya bien por todas las almendras y se vayan tostando poco a poco. A fuego medio alto se hacen bien, si es muy alto se os pueden quemar y si es muy bajo el azúcar se empieza a pegar por la sartén y ni carameliza ni nada.

* A mi, particularmente, no me gustan muy muy tostadas, pero cada cual a su gusto.

* Una vez que el azúcar esté bien distribuido por todas las almendras y el punto del tueste esté como nos gusta, las dejamos enfriar separadas sobre un papel de horno.



* Y si conseguís que quede alguna con vida, las podéis guardar cuando estén frías en un bote de cristal, y os aseguro que no es nada fácil.







ESPERO QUE OS GUSTE!!!



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