Tarta de manzana invisible



Y llegamos a la entrada número 500 de este humilde blog y como las cosas dependen del color del cristal a través del cual se mira, desde mi punto de vista, es un logro teniendo en cuenta que ni sé por qué abrí el blog cuando lo hice. Y después de empezar publicando con miedo y entradas a veces un poco "chuchurrías", vamos a llamarlas así, me fui envalentonando y perdiéndole el miedo, para gustos se hicieron colores y las recetas que las vea a quien le gusten y estoy muy contenta con las 117.000 visitas largas que llevo en este rinconcito.

Otras personas pensarán que son muy pocas entradas y muy pocas visitas y no les pienso llevar la contraria... ¡Faltaría más! Lo que está muy claro es que nada me ata económicamente aquí y por eso voy a mi ritmo, publico o no publico sin más.

Como hay más dulce que salado publicado, aunque a mí me gustan más unos torreznos que la tarta más maravillosa del mundo mundial, dulce ofrezco. Y como mis dulces preferidos o llevan manzana o queso, me decanté por lo primero.

Y la tarta es palpable y comestible aunque sea invisible, dicen que se llama así porque al llevar tan poca masa y tanta manzana quedan del mismo color y no se ve la fruta, y como todo, vaya usted a saber. El posible origen es Francia y poco más os puedo contar que tengo que ponerme a lavar y cortar las manzanas.

Antes de nada, a mí me gustan las reinetas para los postres, si lleváis tiempo por aquí ya lo sabéis porque me repito más que los ajos. Dicen que las mejores manzanas para hacer este postre son las Granny Smith o las Mutsu, otros dicen que Fuji, otros que... Y yo tenía manzanas pink lady en casa, vamos que uséis las manzanas que más os gusten o las que tengáis a mano, tanto enrollarme para acabar diciendo esto, que es lo que realmente quería.

INGREDIENTES:

- 1 kg o un poco más de manzanas

- Zumo de limón o lima para echar a las manzanas una vez cortadas

- 30 gr de mantequilla derretida (sin sal)

- 130 gr de azúcar

- 1 cucharadita de sal poco colmada

- 3 huevos L

- 5 ml de vainilla líquida 

- 130 gr de harina tamizada de todo uso

- 120 ml de leche

- Imaginación o gustos para el último paso antes de presentarla.

ELABORACIÓN:

* Primero de todo lavamos muy bien las manzanas, las pelamos, les quitamos el corazón y las cortamos en rodajas muy, muy finas, lo mejor es usar una mandolina y si no tenemos deberemos encomendarnos a un cuchillo que corte un pelo en el aire, como se suele decir y como no sabía dónde estaba la mandolina y no tenía tiempo para buscarla, usé un pelador que corta finito, eso sí, cuidado con los dedos que ya me he cortado más de una vez. Les vamos echando zumo de limón o lima para que no se oxiden mientras las colocamos en un bol o recipiente en el que nos vayan a caber todas.

* Ahora preparamos la masa así que derretimos la mantequilla, le echamos la sal y el azúcar y batimos bien. Sin dejar de batir, vamos añadiendo los huevos uno a uno, la vainilla, la harina tamizada a pocos y por último la leche.




* Cuando tenemos la masa bien uniforme, echamos sobre las rodajas de manzana, hemos de cuidar que impregne bien todos los trozos de la fruta así que lo mejor es ir haciéndolo con las manos.



* Podemos hacerla en molde redondo de unos 20 cm, o en molde de plumcake, que es como más lo vemos por las redes, de unos 20x10. Engrasamos el molde, cubrimos con papel de horno sin recortar el papel que sobresale porque luego nos ayudará a desmoldarlo y lo tenemos listo para recibir su masita con manzanas.

* Separamos unas rodajas de manzana para la capa final, que intentaremos que nos quede lo más bonita posible y vamos colocando las demás en el molde, intentado que tengan el mismo grosor y apretando ligeramente para que el pastel pueda liberar el aire que haya podido quedar entre las diferentes capas. Colocamos encima las rodajas que teníamos reservadas formando abanicos, flores, o lo que os guste. Me quedé un poco corta de manzana, no llegaban a pesar ni un kilo, así que no pude colocar las últimas con ninguna forma y como en este preciso momento que estoy aquí sentada escribiendo aún no lo he preparado para servirlo, está en la nevera, pues no puedo decir si se va a quedar tal cual o me voy a inventar algo para poner por encima, depende del tiempo de la imaginación y de las ganas.

* Metemos en el horno que ya debíamos haber calentado a 190ºC y en 1 hora u hora y diez minutos aproximadamente lo tendremos horneado. Comprobad con el viejo truco del palillo si está cocido totalmente antes de sacarlo.



* Dejamos enfriar por completo y desmoldamos con ayuda del papel de horno.

NOTA: Se puede pincelar cuando aún está caliente con mermelada rebajada con agua para que quede brillante. Se puede pincelar o acompañar con caramelo dulce o salado, o espolvorear con azúcar glas, o acompañar con vuestro helado preferido. En la cocina no está todo escrito y cada cual puede actuar a su manera.

NOTA: La pincelé aún caliente con mermelada de albaricoque rebajada con agua, hay quien lo hace calentando en un cazo, yo mezclo directamente la mermelada con el agua, lo remuevo y cuando tiene una consistencia parecida a una miel suave me doy por satisfecha. La diferencia se nota, queda con un brilli, brilli bien bonito.

Aquí veis la diferencia, estaba a medio pincelar


Aquí estaba pincelada entera











ESPERO QUE OS GUSTE!

Comentarios

Entradas populares