En cada casa suele haber uno o varios platos típicos para las fiestas navideñas, en mi casa y al decir esto me refiero a la casa de mis padres, mi madre siempre hacía pavo relleno el día de Nochebuena y yo no concibo esa cena sin él. De hecho los últimos años lo hacía yo para ella con algo de miedito porque era una cocinera extraordinaria y ni de coña estoy yo a su altura, pero la verdad es que nunca me puso pegas, es más, me decía que estaba muy bueno. Hace unos años compro siempre un pavo de Bresse que tiene una carne excepcional,  pero este año no elegí el día correcto para su compra y no lo había por lo que el pollero me aconsejó que comprase un capón y eso el lo que hice. Por si no lo sabéis un capón es un gallo castrado cuando tiene más o menos 4 meses y esto hace que engorde más que los gallos camperos normales y que su carne sea mucho más fina. La carne del capón tiene grasa entreverada lo que hace que quede bien jugoso al cocinarlo. Dudaba si hacer con el capón la receta de

  Baia, baia... como escriben los jovenzuelos! Que no estaba esta receta el el ZampiBlog, pues se soluciona en un momentito que no se diga. INGREDIENTES: - Un pollo troceado, o si preferís unos cuartos traseros, unos jamoncitos o lo que más os guste. - 2 cabezas de ajo - Sal y pimienta negra recién molida al gusto. - AOVE (Aceite de oliva virgen extra) - Un vaso de vino blanco bueno, mejor no usar el de cocinar - Perejil picado ELABORACIÓN: * Pelar las cabezas de ajo y dejar los dientes con la piel puesta. Lavamos bien y secamos. * Hacemos una incisión lateral a cada diente de ajo con un cuchillo. * Ponemos aceite de oliva en una cazuela, cuando esté caliente añadimos los dientes de ajo y sofreímos un par de minutos. Los reservamos. * Salpimentamos el pollo al gusto, y lo vamos friendo en pequeñas tandas a fuego fuerte, si no queremos que se nos pringue todo podemos tapar la cazuela.  * Cuando tengamos bien fritas todas las tajadas del pollo las echamos a la cazuela y bajamos el fuego

  Ya estamos con los calores y hay que buscar opciones frescas para comer, los escabeches son una opción maravillosa, y tienen la ventaja de poder preparar en cantidad y tener para varios días ya que el escabechado no es más que una técnica de conservación para que la comida se mantenga en buenas condiciones durante más tiempo. Esto lo consigue el vinagre que lleva la preparación ya que aumenta la acidez del producto y reduce la probabilidad de que aparezcan bacterias así como la reproducción de gérmenes patógenos. Echando la vista atrás en el siglo III ya usaban esta técnica los romanos, aparece reflejado en el cuento de Las Mil y una Noches, en donde se hablaba de guisos de carne con vinagre y otros ingredientes. También era común elaborarlos en las épocas en las que no existían las neveras ni otros modos de refrigerar los alimentos, así que se usaba sal, algún medio ácido como el vino y el vinagre, con el fin de darles más durabilidad a los víveres.  Se pueden escabechar un montón d

  Hay días en que la vagancia se apodera de una y, aunque nunca tienes pereza para cocinar, en ese momento sólo quieres pasar por la cocina de puntillas. Comer hay que comer y no soy muy fan de los precocinados, salvo en contadas ocasiones. Así que decidí hacer unas pechugas de pollo al limón que no dan demasiado trabajo. INGREDIENTES: - 3 o 4 pechugas de pollo (Una por comensal, o dos si son muy zampones) - 3 dientes de ajo - 2 limones enteros - 1 vaso de caldo de pollo, que se puede sustituir por una pastilla de caldo de pollo y un poco de agua - Sal, pimienta y aceite de oliva ELABORACIÓN: - Echamos aceite de oliva suficiente para que cubra el fondo de una cazuela - Doramos por todos lados las pechugas a nuestro gusto. Podéis salpimentarlas antes o hacerlo una vez estén doradas y vayáis a añadir los demás ingredientes. - Picamos los tres dientes de ajo o los fileteamos y añadimos a la cazuela - Lavamos bien los dos limones, uno de ellos lo cortamos por la mitad y lo echamos a la caz

  Que sí, que soy yo y estoy de nuevo por estos lares, a ver si consigo al menos llegar a las 400 entradas, que ya me va quedando poco... Ya se que para unos serán pocas entradas, pero para mí con el tran tran que llevo son muchísimas porque no acabo de centrarme o de organizarme. Tengo muchos cuadernos en los que voy anotando recetas que me gustan de aquí o de allá. Esta en particular recuerdo que era de una revista que tenía una amiga, pero no recuerdo exactamente de cual era, si lo recuerdo os lo digo. Y mientras hacía la comida, iba haciendo esta entrada, que ya quedará para comer mañana, pero o me ponía con ella o me iba a pasar lo que me pasa casi siempre, ese ya la haré en otro momento que tarda en materializarse, así que como también tenía que ir al súper, ya aproveché para proveerme de lo que me faltaba, y metí la pata pero ha sido una metedura pequeñita, luego os digo cuál es, es lo que pasa por ir con prisas y no leer bien, ese, ¡ostras que esto no había que echarlo aún! ja

  Las pechugas de pollo están la mar de ricas aunque tienen un pequeño problema y es que suelen quedar secas, por lo que hay que buscarse las mañas para que esto no sea así, máxime cuando las haces por la tarde para llevarlas al día siguiente en una tartera al  curro o al cole. Eran para mi hijo, que no hay manera de que quiera comer la comida de la cafetería, en eso es como yo, prefiero un trozo de pan con jamón en casa, que el mejor de los manjares en el mejor restaurantes. Aunque de vez en cuando también me guste darme un homenaje. El resultado sabía cual iba a ser, la salsa de vuelta a casa, pero al menos las pechugas no estaban secas.  Es una receta que se hace en un pis pas. Y siguiendo mi tónica habitual, os muestro el resultado final dentro de la cazuela, si es que soy un desastre... ja ja ja ja La receta la subí a IG, pero como alguno de vosotros no tenéis cuenta, la dejo aquí también.  INGREDIENTES (Para dos personas) 2 pechugas de pollo enteras 300 gr de tomate cherry rama A

¿Qué tendrán las alitas de pollo que gustan tanto? Bueno, en casa somos cuatro y a tres nos encantan, así que las hago bastante a menudo. Y como uno se cansa de comerlas siempre del mismo modo, voy variando la manera de prepararlas. Hoy tocan a la cerveza y hechas en el horno, aunque a mi hijo el pequeño como más le gustan son fritas con sal y pimienta, pero si se las dan bien tostaditas se las come igual. Son fáciles de hacer y tampoco llevan un tiempo excesivo de preparación. Ingredientes: - 1,5 kg de alitas depollo partidas - 1 lata de cerveza (330 ml) - 4 dientes de ajo - Sal y pimienta negra recién molida - Aceite de oliva Elaboración : * Una hora antes, limpiamos bien las alitas, a mi me gusta hacerlas partidas y quitando la punta. * Salpimentamos al gusto y removemos bien * Prensamos los cuatro dientes de ajo, añadimos y removemos (Si no tenéis prensador, los picáis todo lo pequeño que podáis) * Añadimos la cerveza y dejamos marinar una hora aproximadamente * Precalentamos el ho